miércoles, 28 de agosto de 2013

EL 26 DE AGOSTO DE 1914 NACÍA UN GRANDE DE LAS LETRAS



APLASTAMIENTO DE LAS GOTAS
Yo no sé , mirá, es terrible como llueve, llueve todo el tiempo,afuera tupido y gris, aqui contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen PLAF y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, que hastío, ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae , todavía no se cae . Está prendida con todas las uñas no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup , ahi va, plaf, deshecha,nada, una viscosidad en el mármol. Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida,brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose, y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. 
Tristes gotas,redondas inocentes gotas, adiós gotas. Adiós. 


jueves, 22 de agosto de 2013

PEQUEÑO POEMA

SUEÑO DE MUERTE

Desmesurado sueño

Flotando en el vacío
estremecido y ajeno
hacía más cercana
a la sin ojos.

Lejano horizonte
pavorosa imagen.

Sin angustia
buscaba mi vida
para alimentarse
y seguir la pesquisa.



lunes, 12 de agosto de 2013

QUIEN LEE BIEN, APRENDE A PENSAR BIEN

FRIEDRICH NIETZSCHE SOBRE LA FILOLOGÍA

“Este prólogo llega tarde, aunque no demasiado tarde; ¿qué más da, a fin de cuentas, cinco años que seis? Un libro y un problema como éstos no tienen prisa; además tanto mi libro como yo somos amigos de la lentitud. No en vano he sido filólogo, y tal vez lo siga siendo. La palabra “filólogo” designa a quien domina tanto el arte de leer con lentitud que acaba escribiendo también con lentitud. No escribir más que lo que pueda desesperar a quienes se apresuran, es algo a lo que no sólo me he acostumbrado, sino que me gusta, por un placer quizá no exento de malicia. La filología es un arte respetable, que exige a quienes la admiran que se mantengan al margen, que se tomen tiempo, que se vuelvan silenciosos y pausados; un arte de orfebrería, una pericia propia de un orfebre de la palabra, un arte que exige un trabajo sutil y delicado, en el que no se consigue nada si no se actúa con lentitud.
Por esto precisamente resulta hoy más necesaria que nunca: precisamente por esto nos seduce y encanta en esta época nuestra de trabajo, esto es, de precipitación que se consume con una prisa indecorosa por acabar pronto todo lo que emprende, incluyendo el leer un libro, ya sea antiguo o moderno.
El arte al que me estoy refiriendo no logra acabar fácilmente nada; enseña a leer bien, es decir, despacio, profundizando, movidos por intenciones profundas, con los sentidos bien abiertos, con unos ojos y unos dedos delicados. Pacientes amigos míos, este libro no aspira a otra cosa que a tener lectores y filólogos perfectos. ¡Aprended, pues, a leerme bien!
Alta Engadina, otoño de 1886.”
Friedrich Nietzsche, Aurora, M. E. Editores, Madrid, 1994, p. 32-33. “Prólogo”
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jueves, 8 de agosto de 2013

ENGENDRANDO

ENGENDRANDO
            Sedosa es decir casi nada: la palma de mi mano corre despacio e involuntaria por esa humedad seca, casi delicada. Un visón extraño y sin pelo en el que los dedos se deslizan enfriándose poco a poco. Con mis cortos brazos la enrosco en mi cuerpo; sus ojos -verde atardecido- me observan con una serenidad y fijeza inusual. No me temen. Soy un enano de circo, un engendro de la naturaleza sin orejas ni voz del que todos se mofan. Encuentro en ella, por primera vez, aceptación: ese empático respeto de quien, como yo, imagino que sufre al ver la repulsión en la cara del que nos mira.
            Enano y serpiente: una amistad engendrada por la diferencia.


Publicado en el diario La Capital de Mar del Plata el domingo 4 de Agosto de 2013

jueves, 25 de julio de 2013

DIEZ

DIEZ

Sus dedos

mariposas deseosas
de estrellas

mil plumas
remembrando ángeles

barcos mimando
el agua

aletean sobre mí
sembrando mieles

surcan mis honduras
ansiando costas

diez olas que rompen
mi escollera

suspiros silenciosos
nunca quietos

enredan mis ramas
otoñales

y crecen trigales
en mi piel

                                                                                                                                         
                                                                                                                                         

lunes, 22 de julio de 2013

www.edicionesalmadediamante.com
I. º PREMIO INTERNACIONAL de CUENTO y POESÍA de EDICIONES ALMA DE DIAMANTE 2013
abierto hasta el 30 de septiembre


Premio $1.000 efect +diploma del jurado + edicion y publicación
Jurado Final en Cuento: Sebastian ChilanoSebastian Rogelio Ocampo y Horacio Convertini.
Jurado Final en Poesía: Gustavo Tisoco, Cinthya Rascovzky y Marcela Predieri

BASES: edicionesalmadediamante.com

martes, 9 de julio de 2013

NUESTRA BIBLIOTECA NACIONAL


9 de julio 1884 La provincia de Buenos Aires entrega a la Nación la Biblioteca Pública fundada por Mariano Moreno, que desde entonces se denomina Biblioteca Nacional. 
Foto: Un día como hoy...
9 de julio 1884  La provincia de Buenos Aires entrega a la Nación la Biblioteca Pública fundada por Mariano Moreno, que desde entonces se denomina Biblioteca Nacional. 
Les dejo este link para conocer un poco más acerca de la historia de nuestra Biblioteca Nacional: 
 http://www.bn.gov.ar/historia
http://www.bn.gov.ar/historia

viernes, 5 de julio de 2013

FRANZ KAFKA Y LA TECNOLOGÍA GLOBALIZADORA

130º aniversario del nacimiento de Franz Kafka


GOOGLE no olvidó que se cumplen 130 años del nacimiento del gran escritor Kranz Kafka.
Nosotros tampoco. 
La Metamorfosis: un cuento que marcó a todos los escritores. 

domingo, 23 de junio de 2013

AL BORDE

AL BORDE
            ¿Qué hacen todos alrededor de mi cama? No estuvieron cuando cumplí los 70, los 75, ni los 80. No estuvieron cuando estaba tirado en la calle, sin nada que comer. No estuvieron cuando la arena era mi colchón. No estuvieron cuando el frío era la única manta permanente. Estaba solo y tan acompañado por las gaviotas, la hamaca de las olas y el viento norte. Estaba solo y no me sentía solo.
            Un número de lotería regalado me sacó de ese mundo simple donde cada cosa era lo que parecía ser y nada más. Y de repente aparecieron sobrinos, hermanos, hermanas, parientes que se multiplicaron como sanguijuelas.
            En esta cama de hospital, a la que no sé ni cómo llegué, me veo sin sonrisa, sin voz, sin fuerza; en apariencia muy acompañado, pero tan solo, tan absoluta y profundamente solo, con una soledad auténtica y definitiva.
Casi soy feliz.

            No me van a quitar esto último que me queda. Los 85 me han hecho joven, independiente, deseoso del fin.

domingo, 16 de junio de 2013

A MI PADRE

CARTA A MI PADRE

Estar más cerca de ti en el Día del Padre es para mí, decirte aquellas cosas que te agradezco que me hayas enseñado: a buscar el conocimiento siempre y de todas formas, a ser honesta conmigo y con los demás, a no ser ambiciosa (pero sí a ponerme objetivos alcanzables), a no ser mediocre, a desarrollar mi voluntad como uno de mis motores más fuertes, a no adorar ídolos ni temer fantasmas, a amar la naturaleza, la música y los libros y sentirlos mis amigos, a meterme en cada tarea que hago con decisión y compromiso, a gustar del trabajo, a tomar precauciones antes de encarar algo, a disfrutar de la buena mesa, a investigar todo lo que me asombra, preocupa o molesta, a maravillarme con las estrellas, con los animales y con esto de ser “humana”, a no asustarme frente a los inconvenientes y a conocerme a mi misma como la tarea más fascinante emprendida. Gracias. Tu hija. Lidia


jueves, 13 de junio de 2013

DÍA DEL ESCRITOR



Cada 13 de junio se conmemora el Día del Escritor. La fecha no es casual y encuentra su explicación en que un 13 de junio, pero de 1874, nació Leopoldo Lugones en Villa María del Río Seco, en el corazón de la provincia mediterránea de Córdoba. Entre muchas de las acciones y obras que emprendió, Lugones fundó la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) que, luego del suicidio del poeta, estableció el día de su natalicio como el Día del Escritor. Lugones no fue olvidado pero su tumultuoso y resonante paso terrenal es aún materia de controversia y polémica.
 Fue el último intelectual total o, mejor dicho, el último en intentar ser ideólogo y protagonista, a la vez, de un proyecto político. Esa saga se inicia con Mariano Moreno y culmina con él. Se sintió el heredero de Domingo Faustino Sarmiento y buscó asemejarse hasta en sus propias y específicas frustraciones. En el ensayo Lugones, entre la aventura y la cruzada, la socióloga María Pía López comenta: “En su Historia de Sarmiento es clara la elección de un modelo y un precursor. Defiende la causa defendiendo al modelo del intelectual heroico. Construye un linaje, del cual es la continuación. Quiso ser Sarmiento: escritor y presidente. Y quedó atrapado en la tensión de ver sin ser visto.” 
Esta suerte de “incomprensión”, atizada por el vate cordobés, de parte de los sectores populares hacia su tarea como pensador público, lo llevó a pensarse en clave jerárquica, ornamentado por el bronce de creerse un hombre superior. En ese núcleo trágicamente equívoco, puede pensarse su postrera conversión: la que lo llevó a decretar en 1924, en ocasión del aniversario de la Batalla de Ayacucho, “La hora de la espada”, y que cristalizó con su intención raudamente frustrada de erigirse como el intelectual de la dictadura iniciada el 6 de septiembre de 1930 y que inició la serie golpista con la que el Partido Militar mantuvo en vilo a la democracia en la décadas subsiguientes.  
Pese a los intentos posteriores de algunos de sus discípulos y seguidores que buscaron escindir al intelectual político del hombre de letras, la fuerza vital que lo guió tuvo siempre, para bien o para mal, un fondo ético y moral que él mismo se encargó de expresar. En el prólogo a una Antología Poética de Lugones, Jorge Luis Borges asegura: “Vencedora la revolución militar de 1930, Uriburu le ofreció la dirección de la Biblioteca Nacional, cargo que él habría honrado. Lugones lo rehusó, alegando que el amor de la patria lo había llevado a participar en la revolución y que, por consiguiente, no podía aceptar de su triunfo un beneficio personal.”  
En estas breves líneas, lo que se busca es recordar al autor de Las Fuerzas extrañas en toda su complejidad, sin caer en las simplificadoras y vacías etiquetas que suelen brindar las canonizaciones. 
Lugones pasó sus primeros años en el campo. Sus vivencias y correrías infantiles allí dejarían una marca permanente en su vida adulta. A los 12 años es enviado al tradicional colegio Nacional de Monserrat de la capital cordobesa. Por ese entonces, traza sus primeros versos y crece su afición por la lectura. A los 16 años, inicia su carrera periodística en el periódico La Libertad. Por ese entonces, simpatizaba con las ideas anarquistas y, al poco tiempo, publica sus primeras composiciones con el pseudónimo de Gil Paz. A los 20, se traslada a la Buenos Aires e ingresa en la redacción de El Tiempo. Allí traba amistad con Rubén Darío, el poeta nicaragüense y máximo representante del modernismo latinoamericano. Lugones pasaría a la historia como el gran poeta modernista del Río de la Plata. En 1909, le dedicaría a Darío su Lunario Sentimental. Afiliado al Partido Socialista, junto con José Ingenieros, fue la pluma irreverente en el periódico partidario, La Montaña. En 1987, cuando publicó su primer libro de versos. En ese mismo año, nace su único hijo, Leopoldo, futuro creador de la picana eléctrica y jefe de la policía durante la década infame. Su nieta, Pirí Lugones, fue integrante de Montoneros, y es una de los 30 mil desaparecidos por la última dictadura genocida. Pirí solía presentarse como “nieta del poeta, hija del torturador”. En la saga de los Lugones, se reflejan el drama, los desencuentros y la violencia que atravesaron a la propia clase dominante argentina desde 1930. Desencantado con la política argentina, insatisfecho por su tarea en una biografía de Roca en la que no podía avanzar y sacudido por una infidelidad, Leopoldo Lugones decide terminar con su vida en una isla del Delta, en 1938.<

martes, 21 de mayo de 2013

FATIGA MATERIAL


FATIGA MATERIAL
            Los edificios estaban tan cansados que se sentaron en los cimientos a reponer energías. Los cimientos no soportaron el peso de tanta humanidad encerrada y se hundieron de a poco. El piso 235 del Monument Tower de la ciudad de Workland quedó apiñado de gente a ras de la calle, mientras las napas de agua fresca inundaban los pisos inferiores de la torre. El resto de los edificios de la zona desapareció de la misma forma. Los hombres que lograron sobrevivir, cansados también, se suicidaron corriendo por la escalera hasta la planta baja. Ya no era fatiga del material como habría podido pensarse. Era lisa y llanamente fiaca. Sin ciudad, la tierra se alegró y reverdeció donde antes sólo había cemento. El nuevo gobierno de gente de campo, comenzó a llamar Joyland a ese lugar antes superpoblado.

viernes, 10 de mayo de 2013

DIVIDE Y REINARÁS


DIVIDE Y REINARÁS
            — Así me lo contó Claudio y así te lo confío. Por favor, Mechi, te pido que seas discreta.
— Contá conmigo, Marcelo. Soy una tumba.
            —Resulta que Damián lo había abandonado sin un reproche ni una discusión. Tal como te digo. Únicamente le dijo no me llames, no me busques más. Metió sus cosas en un bolso ¿te acordás, ése que compraron en el viaje a Italia? Dejó las llaves sobre la mesa y dio un portazo.
— ¿En serio no le dijo por qué se iba? No te puedo.
—No, pero yo sé que alguien, no me preguntes, le comentó a Dami que Claudio lo engañaba. No pidió explicaciones. El es así ¿viste? Bueno, ¿sigo?
—Dale, y no escatimes.       
—Claudio pasó tres meses llorando, releyendo cartas y mensajes acumulados durante dos años de convivencia. De día, se le hacía fácil, ocupado como está entre el Estudio y su cátedra. Pero a la noche…
—Me imagino…
—…el dolor era insoportable. Escuchame bien lo que me dijo. Me acuerdo porque me llegó hondo.  Cada noche le reaparecía el deseo de los dedos largos y finos de cirujano de Damián recorriendo su espalda, como si la esculpiera sin cansancio. Este Clau es un poeta, ¡lo adoro! Imposible olvidar sus ojos verdes y desfallecientes del después, el desayuno, la voz áspera pero cálida del otro lado del teléfono, todas esas cosas… Entonces, ¿qué hacía? Salía y caminaba hasta la madrugada buscando otros insomnes y solitarios como él, con sus ojeras y  el mismo paso sin rumbo. Dijo que prefería las noches de lluvia porque así las lágrimas se confundían con las gotas del cielo. Y siempre con ese paraguas madrileño que le había regalado en un cumpleaños… ¡Siempre solo!
— ¡Qué raro que no nos cruzamos nunca!
— ¿Vos, solitaria? ¡Si sos la persona más sociable que conocí!
—Las apariencias engañan, Marcelo. Pero, seguí contándome que me muero de intriga.      
            —Se contuvo para no llamarlo ni esperarlo a la salida del hospital. Respetó el pedido; tal vez así…pensaba, con el tiempo… Tres meses sin una sonrisa; tres meses sin un beso, esos tres meses de lágrimas le habían endurecido la expresión. Y es cierto. Claudio no era el mismo cuando me lo encontré una tarde a la salida de Tribunales. Pero aún así, te juro, Mechita, con los ojos rojos y los párpados hinchados, ayer en El Trébol estaba tan atractivo como siempre. Se lo dije: quería animarlo.
            —Hiciste bien. La verdad, no se merecía esto. Pero ¿quién habrá sido el que le fue con eso a Damián. Sabés, yo no lo creo. Claudio es el tipo más fiel que conocí. No entiendo… ¡Hay que ser hijo de puta!
            —Dejame que sigo. Bárbara, por supuesto, lo invitó para su compromiso el 22 del mes pasado…
    ¿Ya hace un mes que no nos vemos? No te puedo…
            —…y sabía que se lo iba a encontrar. Eligió el Armani que Damián le compró en Florencia, se puso el Aqcua de siempre, salió y tomó un taxi. Me dijo que el taxista debía haber visto su amargura  porque cuando llegaron a Las Cañitas le largó un no, deje, este viaje no se lo cobro, es mi buena acción del día.
—Mirá… que sensible, ¿no? Ya no hay tipos así. ¿No sería…?
            —Yo que sé. Puede… Claudio le apoyó una mano en el hombro y con un gracias se bajó. El otro, estirándose por la ventanilla, alcanzó a decirle acuérdese que todo pasa.
            — ¡Tierno!
— ¿Viste? Clau me confió que esos diez metros hasta la entrada le resultaron un calvario. Su cabeza era un batifondo de ilusión y miedo.
            —Como siempre, llegó tarde. Ya habíamos empezado a cenar, ¿te acordás que yo estaba por el medio?
            —Mechi, estabas al lado mío… Bueno, sigo. Después que fue a recibirlo, Bárbara lo ubicó en la silla reservada, junto a Damián. Dudó porque se dio cuenta de que no sabíamos nada de nada. Igual decidió ver qué pasaba. Durante la cena ni se miraron.
            —Eso me resultó rarísimo… me dije algo pasa. Ahora me desayuno.
—La verdad,  yo algo sabía pero no quise comentar. No me gusta el chusmerío, ¿viste? Según Clau, Damián estaba radiante, como siempre, acordate que bailó con todos y, textual, dijo que su cara parecía una página con buenos titulares. Para serte sincero, a mí ése nunca me gustó. Lo veo tan artificioso, tan producido… En fin, que este pobre santo no probó bocado; era evidente que quería salirse lo antes posible.
—Y claro, si yo hubiera estado en esa situación, no habría podido aguantar.
—Pero él, sí. Soportó dos horas estrujando la servilleta. En ese tiempo, demás está decirte, se le diluyó toda esperanza. A medida que se convencía de que era imposible la reconciliación, dice que sentía que la soledad iba cerrando la historia. Entonces le volvieron las palabras del taxista. ¿Te acordás que se sacó la alianza de platino y mientras se levantaba, la dejó caer en el helado de Damián?
—Casi me desmayo. No podía creer que Claudio hiciera eso. Es tan medido, tan prudente…
—Todos vimos y entendimos, le mentí. En ese momento, según él, se dio cuenta de que ya no estaba dispuesto a seguir sufriendo. Y se fue.
—A Damián no se le movió un pelo. Yo me fijé. ¡Qué témpano!
—Me contó que caminó por Libertador. La cosa es que llovía un montonazo y él no tenía para cubrirse. Se acordaba del paraguas que estaba en el perchero; tenía el aroma de su mano. La caminata le hizo bien: cuando llegó a Plaza Francia  se sentía más liviano.
— Está bien claro. Ahí pudo soltar él.
            —Bueno, terminó diciéndome que con el anillo, había dejado todo el pasado.
—Lo bien que hizo. Pero igual no sabemos quién le dijo a Damián…
— ¿Qué nos importa? Al fin se separaron. Esa pareja no podía seguir. Mientras charlábamos, yo pensé ahora es mi oportunidad. Te doy la primicia, Mechi, el sábado cenamos juntos.


martes, 30 de abril de 2013

CUESTIÓN DE VOLUMEN


CUESTION DE VOLUMEN
Jorge: -¡No levantes la voz!
Alicia: -Yo no levanto la voz…hablo fuerte.
Jorge: -Entonces hablá bajo, por favor.
Alicia: -¿Como vos? Casi no te escucho.
Jorge: -Yo hablo normal.
Alicia: -No para mí…ni para los demás. Mi mamá no te oye.
Jorge: -No me interesa que me escuche.
Alicia:-¿Ves? ¿Ves que tenés problemas con ella?
Jorge -Yo no dije que tengo problemas. Dije que no me interesa.
Alicia: -A ella tampoco…andá sabiéndolo.
Jorge:-¿Por eso cuando viene no saluda?
Alicia: -¡Si vos no la saludás!
Jorge: -Yo le digo hola y no me contesta.
Alicia: -No te contesta porque no te oye.
Jorge: -¿Y qué? ¿Le tengo que gritar? ¿Como vos?
Alicia: -Y…sí. Hablá más fuerte.
Jorge: -Yo no soy de hablar a los gritos como todos en tu familia.
Alicia: -Y yo no voy a murmurar como los de la tuya.
Jorge: -Nosotros no murmuramos.
Alicia: -Nosotros no gritamos.
Jorge: -¿Ves cómo podés decirlo en voz normal?
Alicia: -¿Ves cómo vos podés decirlo para que yo te oiga?
Jorge: -Y…sí.
Alicia: -Bueno… ¿A qué hora volvés a casa?
Jorge: -A las ocho, como siempre.
Alicia: -Te espero, mi amor.
Jorge; -Con el baby-doll, mi cielo.
Alicia: -¿Y la cena?
Jorge: -Con eso me alcanza
Alicia: -Te amo.
Jorge: -Te amo.

Clic. Clic


Escritosdemiuniverso

Este blog es como ese universo que construyo día a día, con mis escritos y con los escritos de los demás para que nos enriquezcamos unos a otros. Siéntanse libres de publicar y comentar. Les ruego, sin embargo que lo hagan con el respeto y la cultura que distingue a un buen lector y escritor natural.



“Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído…”
Jorge Luis Borges



Escritura

Escritura
esa pluma que todos hubiéramos querido tener entre nuestros dedos