domingo, 22 de octubre de 2017

TODO PASÓ COMO EL VIENTO

                   Está atardeciendo. Dejó flotar en el aire las palabras junto con el  humo dulce del tabaco de pipa que fumaba, primerizo. Se acurrucó sobre ese madero rústico donde los pescadores habían disfrutado de largos silencios de espera.
                   Ella no contestó. Su mirada aceptó el acercamiento de los cuerpos.  Tomó la mano del joven que ya amaba y la apoyó sobre su vientre virgen. Se besaron sin vergüenza mientras la sinfonía de las aves del río iba apagándose. Encendidos, sus sexos iluminaron la noche.
                  
                   La sedujo la primera semana, la tuvo en la siguiente, y la dejó sin misericordia, sin himen y repleta, un mes después.
                   Ella nunca volvió al muelle.
            Él se convirtió, de adulto, en un consumado fumador de pipa

jueves, 5 de octubre de 2017

UN MISMO FAROL, UN MISMO LLANTO

            La noche la sorprende bajo la penumbra del mismo farol, ese donde él le estampó el primer y último beso francés. Entonces se sienta contra la columna de hierro, con los brazos enlazados a sus rodillas y se le vienen miles de imágenes: el jean deshilachado, la remera de los Ratones y esos ojos…esos ojos húmedos en los que veía, embobada, su propio rostro. Y no puede evitar derramar unas lágrimas a modo de veintiuna salvas de cañón por ese amor de alto voltaje, que ahora sólo humeaba agonizante.
            ¡Qué tiene que aprender? Quién sabe… a veces no se aprende nada; y también está bien.
            Por eso se consuela con un cabsha y se tira en el sofá junto a su persa dispuesta a mirar una vieja película. Se pregunta: ¿cómo puede ser que la primera imagen sea la de una chica sentada contra una columna de hierro, la de un farol, con los brazos enlazados a sus rodillas, llorando?
            La realidad imita a la ficción.



Escritosdemiuniverso

Este blog es como ese universo que construyo día a día, con mis escritos y con los escritos de los demás para que nos enriquezcamos unos a otros. Siéntanse libres de publicar y comentar. Les ruego, sin embargo que lo hagan con el respeto y la cultura que distingue a un buen lector y escritor natural.



“Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído…”
Jorge Luis Borges



Escritura

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esa pluma que todos hubiéramos querido tener entre nuestros dedos