PERDIDOS
Observo tus ojos, nublados por el alcohol, a través de los vitrales
empañados. Las caricias con que recorriste mi desnudez me dejaron un vacío
atrapado en recuerdos. Ya no sos quien eras, aquel hombre mío pródigo de
placeres. Te perdés en mundos mareados por el whisky y dejaste de reconocerme
el cuerpo con tus dedos, ahora temblorosos. Cualquier mujer es tuya porque no
lo es ninguna. Mi nombre ya no significa nada. Nos perdiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Lidia