ENSUEÑOS SECRETOS
“Quiero gozar del crepúsculo
en el cotidiano bregar
para entrar en el sueño
reparador”
Todos los anocheceres
papá recitaba esas palabras antes de cerrar sus ojos cansados y disponerse a
soñar. Nunca supe qué lo invadía al dormir. Por alguna extraña razón, no
explicada, ensayé esos versos como un rezo. Y cuando su vista dejaba de
pertenecer al mundo real, ya había aprendido a imitarlo.
No eran cuentos los que
me relataba antes de que yo también cayera inconsciente. Jamás me narró uno. De
todas maneras yo no sabía que existían.
Sólo esa frase que me
llevaba a otros mundos, míos, y que podía recordar al despertar. Imágenes que
se entrelazaban creando historias, extrañas aventuras en las que yo era el
héroe, animales feroces contra los que luchaba y arduos viajes por el universo.
A pesar de lo complejos que resultaban, nunca sentí miedo porque él estaba ahí,
acostado a un brazo de distancia.
Despertábamos juntos
como un dúo de soñadores.
Yo le contaba mis
historias. Nunca conocí las suyas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Lidia