MÚSICA INTERNA
La música resbala por mi piel. En su temerario caer sin paracaídas
desde el cuero cabelludo, se me engancha en las pantallas marcando un ritmo
paralelo, interior y mágico. Cada
redonda es una burbuja de lento arcoiris; cada blanca, una estrella que
resplandece aún mucho después de muerta; cada negra un agujero, esponja de
energía que sorbe la memoria; las corcheas bailan con desparpajo en un carnaval
sonoro, mientras sus hijas semicorcheas saltan de agudos a graves, rebeldes y
animosas; fusas y semifusas corren de la coronilla hasta los pies a inatrapable
velocidad como si la distancia fuese cósmica. Quiero seguir respirando en el
seis por ocho y empieza el ahogo. No logro mantener el compás; imagino que
desaparezco en el universo con cada sonido.
Música, prodigio maravilloso que me
expande y libera sin que persona alguna se dé por enterada
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Gracias por tu comentario. Lidia