MEMORIA RECICLADA
Ahí. Donde Medrano se hace
Castro Barros, donde la esquina de Las Violetas retiene voces y gestos
antiguos, donde Saummel y Hnos tuvo la desdicha repetida de verme jugar entre
los cristales, donde el diariero fuera alguna vez el patrón de mi papá-canillita.
Ahí. Frente a la pizzería
El Tuñón que recibía los miles de fanáticos que a las dos de la mañana salían
de la Federación de Box…
Recorrí mi infancia feliz
de tranvías y masas de crema y dulce de leche.
La vereda de sol caminada
sin reloj por las parejas,
una familia sin prejuicios
tomando mate con bizcochitos a la puerta de su casa,
el chico tonto del barrio
tratando de patear esa pelota nunca acertada,
Ahí. Los grandotes sin
historia burlándose de su torpeza;
la nena del policía
luciendo su mejor vestido,
el vendedor de globos y
paletas dulces y el carro abarrotado de canastos y escobas esperando
compradores desde siempre.
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Gracias por tu comentario. Lidia