martes, 18 de marzo de 2014

AH! MI MÚSICA CLÁSICA!!!

DESDE UN WINCO
            Me pertenece y resistirá conmigo hasta el fin. Estuvo desde el umbral, allí en la dulce cueva acuática: me llegaba desde el Winco que escuchaba mi madre a la tardecita. Era un disco de vinilo de 33 Rpm con la Obertura de “El Anillo de los Nibelungos” de Richard Wagner. Un regalo de mi padre para un cumpleaños. Ella, embriagada por los sonidos como tragos del más refinado licor, se mecía, y arrullaba su panza-cuna, en un éxtasis que sólo era capaz de transmitir ese germano descomunal.
Tanto la melodía como el arrobamiento llegaban a mí y calmaban mis ansias de salir al mundo, mis penas por los desapacibles y cotidianos gritos externos, iba conformando mis primeros recuerdos, y dando vida a una sensibilidad que aún hoy me es propia e ineludible.

Escuchar música es salvarme a mí misma; es evitar el salto al vacío, la desesperanza, el temor, el frío, la nube negra, la locura. 

2 comentarios:

  1. Bellisima postal cargada de mucha nostalgia y emoción.
    Y comparto, bailamos al son de una musica celestial que no oímos pero si sentimos en nuestro ser más profundo. El problema es que hemos perdido la sensibilidad para disfrutarla. Maravilloso.

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  2. Muchas gracias Ricardo. Compartimos una de las más bellas creaciones del hombre

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Gracias por tu comentario. Lidia

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Este blog es como ese universo que construyo día a día, con mis escritos y con los escritos de los demás para que nos enriquezcamos unos a otros. Siéntanse libres de publicar y comentar. Les ruego, sin embargo que lo hagan con el respeto y la cultura que distingue a un buen lector y escritor natural.



“Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído…”
Jorge Luis Borges



Escritura

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