TRIBUNAL
DESHONESTO
Maricarmen,
Esther y Enriqueta parecen buenas, pero en realidad son tontas. Aún más, tienen
esa estupidez maligna propia de la adolescencia deseosa de ser y no poder,
cansada de persistir y fracasar. Copian de sus madres los prejuicios y de sus
padres, los vicios. Se dicen amigas pero, de a dos, son crueles verdugos de la
ausente. Por eso se apartan lo menos posible. Han tomado la costumbre de
conversar mirando el pueblo desde el andén de la vieja estación, e intercambiando chismes, seguramente falsos,
sobre cuanta mujer vive sola. Esto les lleva tres horas de cada rutinario día
de sus vidas. Cuando no queda más títere con cabeza, sacan las pipas y las
cantimploras de vino y, en descontrol, fingen imitar a las criticadas cuando en
realidad sueltan, como caballos desbocados, sus más ocultas y naturales
tendencias.
muy buenooo!!!!!
ResponderEliminarEstoy tratando de volver a la escritura después de unos añitos de escasa producción y nada mejor para recuperar las ganas de escribir que leer cosas buenas.