viernes, 27 de marzo de 2015

El décimo cuento de mi libro: LUCHAS POR LA VIDA

LUCHAS POR LA VIDA
Helena se acerca peligrosamente a la ciudad.
La serpiente que ha salido molesta de su cueva comienza a deslizarse, helada y silenciosa, por la ventana abierta de esa casa donde dos niños juegan sobre la alfombra del comedor. Sus fosetas térmicas pasean por los  rincones entre los muebles localizando presas. Turba apenas la liviandad del cortinado tocando estremecida las patas del sillón, incursiona en la oscuridad protectora bajo el mueble de cedro y, por fin, disfruta la sensación caliente que le ofrece la carpeta oriental. Percibe la vibración de piernas y brazos en remolino y, con lentitud, adelantando su lengua bífida, se orienta hacia ellos. El gato Garfield, siempre junto al varón, reacciona de improviso al escuchar el sonido casi imperceptible del arrastre, arquea su lomo erizado y, lanzando un maullido,  salta sobre el reptil.
Garfield no puede con ella: le clava sus colmillos venenosos hasta paralizarlo. Pero su último gemido alerta a los pequeños que corren asustados escaleras arriba. El padre actúa con rapidez. Baja armado con un palo de golf y, después de mirarla fijamente a los ojos, la mata sin piedad de un golpe impecable.

Nadie imagina que, esa misma noche, todos morirán aplastados en el auto bajo un árbol arrancado de raíz por el huracán.

3 comentarios:

  1. Mi fatalista amiga, gracias por compartir este y los demás cuentos de tu libro. Un abrazo.

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  2. Por no poner la Ofrenda antes de asesinar a Sensemayá. Si hubiera tenido una pareja de tarántulas en vez de Garfield, nunca hubiera entrado Sensemayá al hogar del asesino. El árbol fué la venganza. BESOS

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  3. Si es que el destino es el destino. Muy bueno, Lidia

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Gracias por tu comentario. Lidia

Escritosdemiuniverso

Este blog es como ese universo que construyo día a día, con mis escritos y con los escritos de los demás para que nos enriquezcamos unos a otros. Siéntanse libres de publicar y comentar. Les ruego, sin embargo que lo hagan con el respeto y la cultura que distingue a un buen lector y escritor natural.



“Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído…”
Jorge Luis Borges



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