LA ESCALA
Modelar
los sonidos es sostener un tesoro en las manos abiertas.
La música me cubre como arco iris
inagotable, y permite que mis emociones surjan alborotadas o en piezas breves
de magia tonal.
Elijo
el do seguro para acompañar un amanecer solitario.
El re juguetón para bailar en una hamaca paraguaya.
El mi ingenuo para comer helado de frambuesa y sabayón.
El fa valiente para enfrentar el miedo en germen.
El sol para recoger miradas de otoño sin destino.
El la cariñoso para enredar los dedos en el pelo de mi gata,
Y el si indudable para colgarme de tus ojos.
¡Qué chulo te quedó, Lidia! Yo no soy fan de la prosa poética, casi siempre son meros ejercicios estéticos que leídos veinte veces soy incapaz de entender y por tanto, no me emocionan. Pero este es delicioso, esa escala de sensaciones... creo que te daría para un relato, de un protagonista atormentado que busca la belleza en un mundo feo. Un abrazo
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