Hoy, 100 años después de su nacimiento, el mundo quiere recordarlo, o mejor, seguir recordándolo, porque este ha sido el año de él. El 12 de febrero se cumplieron 30 años de su fallecimiento en París y ahora se cumplen 100 de su nacimiento en Bruselas. Ambos eventos en Europa, por cuestión del azar, de ese azar que tanto bien le hizo a su obra y que según él “hace mejor las cosas que la lógica”.
Cortázar creó las instrucciones para vivir y condenó a sus lectores a no vivir de otra manera. Sus seguidores, después de él y para siempre, redescubrieron cómo llorar, cantar, subir escaleras, matar hormigas en Roma, dar cuerda al reloj, entender pinturas famosas y tener miedo. Ya nunca más será posible estar, existir, sin los pasos escritos, descritos y explicados por Julio Cortázar.
Traer de vuelta sus eternos laberintos, su ‘desorden’, su jazz, su barrio. Allí, en Banfield, los vecinos tendrán una semana de música, pintura, escritura, cine y lectura. Según el diario El Clarín, fueron los vecinos quienes tomaron la iniciativa. “Hace meses que venimos trabajando a pulmón para hacerle el homenaje que él se merece: su figura y su literatura son universales”, le dijo a ese medio Nicolás Fratarelli, uno de los organizadores del homenaje.
Por redes sociales en distintos países se alistan encuentros culturales que buscan traerlo de vuelta, porque a través de sus cartas y entrevistas hizo que su propia figura mereciera idolatría. Pero sobre todo, buscan traer de vuelta su obra, su lenguaje, porque Cortázar supo que “un escritor juega con las palabras pero juega en serio; juega en la medida en que tiene a su disposición las posibilidades interminables e infinitas de un idioma".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Lidia