domingo, 14 de mayo de 2017

TRASNOCHE


            La noche exhibe su mirada parpadeante y lejana. Trenes dormidos en la vieja estación esperan que un hombre de gorra y uniforme les despierte el alma. Son las dos de una madrugada de invierno. Perros deambulan ansiando lugares ausentes de escarcha. El hombre arma una cama improvisada de cartón y trapos para mantener sus sueños calientes hasta que amanezca. Antes de que los párpados se le acomoden serenos, mira el cielo nocturno y siente que cada estrella que muere deja un vacío en su corazón. Un cometa miente una herida en la bóveda sin luna de la ciudad  y huye después de que él pide sus tres deseos infinitamente repetidos y negados. Impreciso, el rocío cae mojando las veredas por donde una pareja trasnochada camina, besándose irreverente ante el sueño profundo de los otros. Un cartel luminoso se despabila sobresaltado y abre, a deshora, las hojas de los árboles que creen que despunta.

Aquel sin techo no mide la dimensión de sus deseos, ni la noche prevé el alcance de su oscura placidez.

lunes, 8 de mayo de 2017

CUESTIONES PRIVADAS

       El golpeteo en el dormitorio de arriba es horrendo. Esa gente parece no tener hora. Durante el día se opaca detrás del ruido de bocinas, frenadas de  colectivos, gritos de la gente y alguna música de otros departamentos. Supongo que en algún momento saldrán a pasear por la costa. Pero a la noche es insufrible. Las tormentas parecen excitarlos más. Me acuesto y cuando apago el televisor, el ritmo anuncia DE NUEVO INSOMNIO. Prendo la radio y me pongo los auriculares. Me quedo dormida pero sólo por unos minutos. Los golpes sobre mi cabeza me despiertan enojada. Me escondo bajo la almohada y suenan, lejanos pero suenan. Es indecente. Yo nunca fui una pacata, pero esto es demasiado. La intimidad debe ser privada, no pública. Además mis nervios ya son alambres electrificados y las ojeras me llegan hasta los pies. Mañana mismo me voy a quejar al encargado. Ya pasaron dos meses y creo que es suficiente. Se acabó la fiesta, tórtolos.

       El encargado toca el timbre en el departamento del piso superior. Nadie contesta. Usa la llave que los dueños le dejaron al terminar la temporada y entra. La ventana del dormitorio había quedado abierta de par en par.
       El viento está haciendo el amor con las persianas.


De mi último libro: NI UNA PALABRA MÁS

Escritosdemiuniverso

Este blog es como ese universo que construyo día a día, con mis escritos y con los escritos de los demás para que nos enriquezcamos unos a otros. Siéntanse libres de publicar y comentar. Les ruego, sin embargo que lo hagan con el respeto y la cultura que distingue a un buen lector y escritor natural.



“Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído…”
Jorge Luis Borges



Escritura

Escritura
esa pluma que todos hubiéramos querido tener entre nuestros dedos