domingo, 20 de mayo de 2012

EL REINO PROMETIDO


EL REINO PROMETIDO
            El mundo infernal comenzó para ella desde el útero, que la rechazó dos meses antes de lo previsto. Sus treinta años habían sido una penosa sucesión de frustraciones, pruebas fallidas, duelos interminables y dolores físicos, que de tan conocidos se habían hecho casi dulces compañeros.
            El último año, al regresar de un retiro monacal voluntario, en el que midió el completo vacío de su existencia, creyendo que no había nada peor, encontró su casa ardiendo y así conoció algo más cruel: la indigencia.
            Vagaba por las calles con lo puesto y descubrió que aún se podía caer más bajo; comía si daba a otros unos minutos de su cuerpo, ausente de emociones. Sola, sin un perro que le ladrara, añoró las amistades engañosas de la adolescencia, los hombres abusadores de la juventud, las internaciones y salidas de nidos de cemento y cristal. En ese entonces tenía un nombre propio y sentimientos.
            Hacía quince días había encontrado una paloma herida en el parque, la curó con sus manos calentadas a soplo, y recibió de ella la fidelidad simple que no necesita de palabras.
            Ayer se dio cuenta de que al hacerse cargo de ese pequeño plumaje, había entrado por primera vez al reino del aquí y ahora perfecto y nunca el mismo; ése que no frustra porque está exento de futuro y de pasado.
            Cuando la paloma voló, como vuela un hijo, conoció la riqueza del instante fugitivo y la felicidad.






































































miércoles, 9 de mayo de 2012

ACECHADA


ACECHADA
            Soy observada sin clemencia y sin sentido. La mirada del Cristo que me sigue de un lado al otro de la habitación, se clava en mi nuca como un estilete de culpa que no me puedo quitar.
            El cuadro, ahora apoyado en el aparador del comedor, única herencia de un tío que era de la Acción Católica, llegó a mis manos hace tres días, acompañado de una pequeña nota:
CRISTO TE OBSERVA AUNQUE NO CREAS EN ÉL.
Y TE PERDONA.
            Ayer me levanté y como siempre, sin vestirme fui a la cocina a desayunar, todavía con los ojos semicerrados. Antes de cruzar la puerta vaivén, me paralicé. Esa mirada había bajado de la nuca hasta mi trasero. No pude soportarlo. Me saqué una chinela y se la tiré. Tambaleó.
            Hoy, al despertar elaboré una estrategia: imitando a un reptil iba a  arrastrarme sobre el plastificado, por delante del mueble.
            A mitad de camino, sentí el cansancio del pucho y me recosté boca arriba. Por alguna razón misteriosa, el cuadro había caído hacia delante y sobresalía lo suficiente como para que los malditos ojos se clavaran en mis pezones.
            Yo no sé qué quiso decir tío Aníbal. Ese Cristo me observa, es verdad, y ya no lo soporto más. Pero todavía no sé qué tiene que perdonarme. Tal vez lo que voy a hacer: dibujarle anteojos oscuros con carbonilla. Si no resulta, con todo el dolor de mi alma no creyente, lo voy a llevar al barrio de San Telmo para venderlo. Ya bastante tengo con los ojos de mi marido flotando en cloroformo, dentro de la caja de cristal sobre la mesita de luz.

Un hallazgo de AMARANTA de Punta Alta

“Debes aprender a levantarte de la mesa cuando ya no sirven más amor. Levantarte y salir, sin decir una sola palabra”
Bob Dylan


Escritosdemiuniverso

Este blog es como ese universo que construyo día a día, con mis escritos y con los escritos de los demás para que nos enriquezcamos unos a otros. Siéntanse libres de publicar y comentar. Les ruego, sin embargo que lo hagan con el respeto y la cultura que distingue a un buen lector y escritor natural.



“Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído…”
Jorge Luis Borges



Escritura

Escritura
esa pluma que todos hubiéramos querido tener entre nuestros dedos